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martes, 3 de agosto de 2010

cuando llegue el dolor..

mis ojos, mis pobres ojos
que acaban de despertar
los hiciste para ver,
nunca para llorar.

Haz que sepa adivinar
entre las sombras la luz,
que nunca me ciegue el mal
ni piense si existes tú.

Que, cuando llegue el dolor,
que yo sé que llegará,
no se me enturbie el amor,
ni se me nuble la paz.

Sostén ahora mi fe,
pues, cuando llegue a tu hogar,
con mis ojos te veré
y mi llanto cesará.

San Juan de La Cruz