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domingo, 26 de abril de 2009

El paje de herodías

La miráis siempre. Demasiado
No debe mirarse a nadie de este modo....
Podría sobrevenir alguna desgracia.

Salomé. Oscar Wilde

domingo, 19 de abril de 2009

p13t14n13

Táctica y estrategia

Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos

mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible

mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos

mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos

no haya telón
ni abismos

mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple
mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites


Benedetti

Martín Santomé

Colecciono pronósticos / anuncios y matices / y signos / y sospechas / y señales // imagino proyectos de promesas / quisiera no perderme / un solo indicio // ayer / sin ir más lejos / ese ayer que empezó siendo aciago / se convirtió en un buen día / a las nueve y catorce / cuando vos / inocente / dijiste así al pasar /que no hallabas factible / la pareja / la pareja de amor / naturalmente / no vacilé ni un segundo / me aferré a ese dictamen // porque vos y yo somos / la despareja.” Es el verso inicial con que Benedetti presenta a Martín Santomé....


Tengo miedo de verte / necesidad de verte / esperanza de verte / desazones de verte // tengo ganas de hallarte / preocupación de hallarte / certidumbre de hallarte / pobres dudas de hallarte // tengo urgencia de oírte / alegría de oírte / buena suerte de oírte // o sea / resumiendo / estoy jodido / y radiante / quizá más lo primero / que los segundo / y también /viceversa.”

remitente Avellaneda

Usted Martín Santomé no sabe cómo querría tener yo ahora
todo el tiempo del mundo para quererlo
pero no voy a convocarlo junto a mí ya que aún en el caso de que no estuviera todavía muriéndome entonces moriría sólo de aproximarme a su tristeza

Usted Martín Santomé no sabe cuánto

he luchado por seguir viviendo cómo he querido vivir para vivirlo

pero debo ser floja incitadora de vida porque me estoy muriendo Santomé

Usted claro no sabe, ya que nunca lo he dicho, ni siquiera
esas noches en que usted me descubre con sus manos incrédulas y libres
usted no sabe cómo yo valoro su sencillo coraje de quererme

Usted Martín Santomé no sabe, y sé que no lo sabe,
porque he visto sus ojos despejando la incógnita del miedo

No sabe que no es viejo, que no podría serlo
en todo caso allá usted con sus años yo estoy segura de quererlo así

Usted Martín Santomé no sabe qué bien qué lindo dice Avellaneda
de algún modo ha inventado mi nombre con su amor

Usted es la respuesta que yo esperaba a una pregunta que nunca he formulado
usted es mi hombre y yo la que abandono
usted es mi hombre y yo la que flaqueo

Usted Martín Santomé no sabe, al menos no lo sabe en esta espera
qué triste es ver cerrarse la alegría sin previo aviso
de un brutal portazo

Es raro pero siento que me voy alejando
de usted y de mí que estábamos tan cerca de mí y de usted

Quizá porque vivir es eso, es estar cerca
y yo me estoy muriendo Santomé
no sabe usted qué oscura, qué lejos, qué callada

Usted Martín.. Martín cómo era
los nombres se me caen, yo misma estoy cayendo

Usted de todos modos, no sabe ni imagina
qué sola va a quedar mi muerte
sin
su
vi
da.

Mario Benedetti

lunes, 13 de abril de 2009

como hemos cambiado...

Recuerdo que hubo una época (allá entre mis 16 y 20 años) en que tuve una buena, casi diría excelente opinión de mi mismo. Me sentía con un impulso para empezar y llevar a cabo algo grande, para ser útil a muchos, para enderezar las cosas” (Benedetti, Pág. 121, La tregua).
“La verdad es que esa excelente opinión sobre mi mismo ha decaído bastante… soportaría mejor mi estilo de vida si no tuviera conciencia de que (solo mentalmente, claro) estoy por encima de esa vulgaridad.”(Benedetti, Pág. 121, La tregua).

trabajar en una oficina.....

En las oficinas no hay amigos, hay tipos que se ven todos los días, que rabian juntos o separados, que hacen chistes o se los festejan, que se intercambian sus quejas y se trasmiten sus rencores, que murmuran del directorio en general y adulan a cada director en particular… Lo demás tiene la desventaja de la relación no elegida, del vínculo impuesto por las circunstancias… En el fondo, cada uno es un desconocido para los otros, porque en este tipo de relación superficial se habla de muchas cosas, pero nunca de las vitales, nunca de las verdaderamente importantes… Si, el trabajo amordaza la confianza. Pero también existe la burla… Además la burla proporciona una especie de solidaridad. Hoy el candidato es este, mañana es aquel, pasado seré yo…. Y que alivio reírse, incluso cuando hay que aguantar la risa porque allá en el fondo ha asomado el gerente su cara de sandia, que desquite contra la rutina, contra el papeleo, contra esa condena que significa estar ocho horas enredado en algo que no importa, en algo que hace hinchar las cuentas bancarias de esos inútiles que pecan por el mero hecho de vivir, de dejarse vivir, de esos inanes que creen en Dios solo porque ignoran que hace mucho tiempo que Dios ha dejado de creer en ellos. La burla y el trabajo. ¿En que difieren, después de todo?. Y que trabajo nos da la burla, que fatiga. Y que burla es este trabajo, que mal chiste. “(Benedetti, Pág. 182, La tregua).

Gabriel Garcia Marquez

Si alguien llama a tu puerta, amiga mía,
y algo en tu sangre late y no reposa
y en su tallo de agua, temblorosa,
la fuente es una líquida armonía.

Si alguien llama a tu puerta y todavía
te sobra tiempo para ser hermosa
y cabe todo abril en una rosa
y por la rosa se desangra el día.

Si alguien llama a tu puerta una mañana
sonora de palomas y campanas
y aún crees en el dolor y en la poesía.

Si aún la vida es verdad y el verso existe.
Si alguien llama a tu puerta y estás triste,
abre, que es el amor, amiga mía.
Gabriel García Marquez