Como Orfeo no había visto nunca un telar, es muy difícil que entendiera a su amo. Pero mirándole a los ojos mientras hablaba adivinaba su sentir.
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- pero, hombre- le interrumpió Víctor- ¿no quedamos en que no sirve volver atrás la jugada?¡ pieza tocada, pieza jugada!
- en eso quedamos, sí.
- pues si haces esto te como gratis el alfil
- es verdad, es verdad; me había distraído.
- Pues no distraerse; que el que juega no asa castañas. Y ya lo sabes; pieza tocada, pieza jugada.
- ¡ Vamos, si , lo irreparable!
- así debe ser. y en ello consiste lo educativo de este juego.
" ¿ y por qué no ha de distraerse uno en el juego?- se decía Augusto- ¿ es o no es un juego la vida? ¿ y por qué no ha de servir volver atrás las jugadas? ¡ esto es la lógica! acaso esté ya la carta en manos de Eugenia. Alea iacta est! A lo hecho, pecho. ¿ y mañana? ¡ mañana es de dios! ¿ y ayer, de quién es? ¿ de quién es ayer? ¡ oh, ayer, tesoro de los fuertes! ¡ santo ayer, sustancia de la niebla cotidiana! "
- ¡Jaque!- volvió a interrumpirle Víctor.
- es verdad, es verdad...., veamos. Pero ¿ pero como he dejado que las cosas lleguen a este punto?
- distrayéndote, hombre, como de costumbre. sin no fueses tan distraído serías uno de nuestros primeros jugadores.
- Pero, dime, Víctor ¿ la vida es juego o es distracción ?
- Es que el juego no es sino distracción
- Entonces, ¿ qué más da distraerse de un modo o de otro?
- Hombre, de jugar, jugar bien.
- ¿ y por qué no jugar mal? ¿ Y QUÉ ES JUGAR BIEN Y QUÉ JUGAR MAL? ¿ por qué no hemos de mover estas piezas de otro modo que como las movemos?
- Esto es la tesis, Augusto amigo, según tú, filósofo conspicuo, me has enseñado.
Niebla. Unamuno y Augusto Pérez